El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en los hombres. En etapas tempranas es asintomático, y sólo puede ser detectado mediante una analítica sanguínea con determinación del Antígeno Prostático Específico (PSA) y el tacto rectal. En general estos controles deben realizarse anualmente a partir de los 50 años, o antes si existen factores de riesgo, como los antecedentes familiares o la raza negra.
Leer másEl principal síntoma del cáncer de vejiga es la presencia de sangre en la orina, la hematuria. En un reciente estudio realizado en el Hospital de Cabueñes sobre la población de Gijón, el riesgo de padecer un tumor vesical cuando aparece sangrado urinario llega a ser del 25 %, por lo que cualquier persona que presente hematuria debe ser valorada de manera urgente por el urólogo.
Leer másEl carcinoma renal (CR) representa el 2-3% de los cánceres, alcanzando su incidencia más alta en los países occidentales. La incidencia máxima de CR se observa entre los 60 y los 70 años de edad, con una relación varón /mujer de 1,5:1. Entre los factores etiológicos figuran el tabaquismo, la obesidad y la hipertensión. Entre las medidas preventivas propuestas se encuentran la abstención del consumo de tabaco y el control del sobrepeso. Más del 50% de los CR se diagnostican de forma casual gracias al uso de técnicas de imagen, como la ecografía y la tomografía computarizada (TAC).
Leer másLos tumores del tracto urinario superior (uréter y pelvis renal) suele originarse en el recubrimiento interno de las paredes del uréter, la pelvis renal y las cavidades renales (urotelio). Este tipo de cáncer urotelial o de células transicionales es mucho más frecuente en la vejiga, pero cuando aparece en el tracto urinario superior requiere un tratamiento específico.
Leer másLas glándulas suprarrenales están situadas sobre los riñones, son de pequeño tamaño y de forma triangular y producen hormonas tales como estrógeno, progesterona, esteroides, cortisol y cortisona, además de sustancias químicas como adrenalina (epinefrina), norepinefrina y dopamina indispensables para el funcionamiento del organismo.
Leer másConsiste en una obstrucción congénita de la unión que forma la pelvis renal con el uréter, y es probablemente la malformación congénita más frecuente del uréter. Es más frecuente en varones, y puede afectar a los dos riñones a la vez. No está del todo clara su etiología pero puede deberse a alteraciones de la movilidad del uréter, implante ureteral alto y/o a la presencia de una arteria del polo inferior.
Leer másLa Hipertrofia prostática benigna u agrandamiento prostático benigno (como se ha definido recientemente por la Asociacion Europea de Urología) es una enfermedad asociada a la edad por la cual la zona central de la próstata crece, comprimiendo la uretra y deformando el cuello de la vejiga. En estadios precoces mejora con tratamiento médico, pero cuando progresa produce un importante disconfort, con dificultad para orinar, micciones frecuentes e imperiosas o interrupción del sueño por micciones nocturnas. Si sigue evolucionando compromete el vaciamiento vesical, y produce residuos urinarios postmiccionales elevados, provocando infecciones urinarias, hematuria, aparición de litiasis vesicales, retenciones urinarias e incluso insuficiencia renal crónica.
Leer másLa litiasis urinaria es una de las afecciones más comunes de la sociedad moderna, se calcula que un 4.6% de los españoles la padecen, siendo más frecuente en varones que en mujeres, con una mayor incidencia entre la cuarta y sexta década de la vida. La litiasis o cálculo urinario se produce en el riñón a partir de la saturación de productos químicos que se encuentran en la orina.
Leer másRecientemente la Asociación Europea de Urología engloba los síntomas molestos en relación con la micción en un concepto denominado “Síntomas del tracto urinario inferior (STUI)”. Este hecho se debe a que gran variedad de patologías urológicas tienen una sintomatología común. Cuando aparecen los STUI debe de buscarse cuidadosamente la causa para proponer un tratamiento correcto.
Leer másLa vagina y las estructuras que la rodean (vejiga, recto, etc.) están adheridas a la pelvis por medio de tejidos conectivos. Estos tejidos ayudan a formar paredes alrededor de la vagina y garantizan el funcionamiento del vaciado urinario y los movimientos intestinales normales. A medida que los músculos pélvicos se debilitan los tejidos conectivos pueden dejar de funcionar correctamente, permitiendo que las estructuras pélvicas, como la vejiga, el útero, el recto, o asas de intestino delgado caigan sobre la pared vaginal. La causa primaria es el debilitamiento de los músculos pélvicos y tejidos conectivos producido por la edad, aunque muchos otros factores juegan un papel importante también.
Leer másLa incontinencia urinaria se define como “la pérdida involuntaria de orina, en un momento y lugar no adecuado” que conllevar problemas higiénicos, sociales, psíquicos y limitaciones en la actividad laboral y en la vida personal. Existen diferentes tipos y grados de incontinencia, desde pequeñas pérdidas de orina en forma de goteo hasta la imposibilidad de retener la orina. En España se estima que la padecen 6 millones de personas (el 26.5% mayores de 65 años), y se considera que 3 de cada 4 personas con incontinencia son mujeres.
Leer másSe trata de una enfermedad que afecta a más de 10 millones de personas en Europa. Esta cifra puede ser mayor dado que muchos pacientes asumen como una situación “normal” los síntomas de la vejiga hiperactiva y además desconocen que existen tratamientos para ellos con altas tasas de éxito. Este hecho determina que en muchas ocasiones no se consulten los síntomas de vejiga hiperactiva con el especialista adecuado, en esta caso, el Urólogo.
Leer másLa hematuria es un síntoma que consiste en orinar sangre. El origen del sangrado se puede encontrar en algún punto de la vía urinaria, es decir, se debe buscar una causa desde el riñón hasta la uretra. El color de una orina hematúrica puede tener distintas tonalidades, básicamente puede ser de color rosada como el “vino rosado” o de color negro similar al “vino tinto”. También puede ir asociada a la expulsión de coágulos de sangre, estos pueden llegar a obstruir la salida de la orina al exterior y precisar la colocación de una sonda vesical.
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